Efectivamente una pena: el mejor, y casi único, exponente del románico
en la Comarca de Calatayud y en esa situación cuando se ha destinado caudales increíbles
para monumentos con mucho menos valor. La restauración es cara, mucho, pero es
que el conjunto lo merece, además de su valor monumental es parte intrínseca de
la Historia del Reino de Aragón: el conjunto Castillo-Iglesia se concibe como
mojón indiscutible de la Corona por Alfonso I.
Es un caso increíble de desencuentro entre instituciones:
Gobierno de Aragón, Obispado, Ayuntamientos, Ministerio de Cultura…